La meditación es solo cosa de monjes y bohemios, pero nada puede estar más errado; en los últimos años esta práctica ha ganado una inmensa popularidad por sus múltiples beneficios que incluyen mantener la salud mental y emocional de quienes lo hacen con regularidad, la tranquilidad de reencontrarse a sí mismo, reducir la ansiedad y disminuir el estrés.
Sin embargo, sumarla a nuestro día a día no siempre es fácil, en especial al principio porque requiere de disciplina y dedicación antes de cosechar los frutos. ¡Sigue leyendo y te contamos más!
¿Por qué es tan placentero meditar?
Cientos de estudios han demostrado ventajas como que practicarlo durante 8 semanas beneficia la producción de proteínas y aumenta los anticuerpos, además su rápida adopción también se debe a lo asequible que es, ya que cualquier persona sin importar su condición física, económica, edad o sexo puede ejercerla.
Te damos otras buenas razones para que tú también te sumes a la ola del mindfulness:
1-Disminuye el estrés: diversas investigaciones afirman que al practicarlo de forma continua permite combatirlo eficazmente y sin efectos adversos.
2-Optimiza la capacidad de atención: las personas que lo practican constantemente gestionan mejor los recursos del cerebro y están más atentos a cada estímulo.
3-Más pensamientos positivos: ayuda a mantener a raya las creencias negativas y mejora el diálogo interno al estar más en contacto con la armonía.
4-Amplía el umbral del dolor: permite reducir el malestar general y produce cambios en las estructuras cerebrales asociadas con el procesamiento de este.
5-Mejora la memoria y cognición: en pocas sesiones se pueden ver los resultados de trabajar en la mejora de la retentiva y el procesamiento visoespacial.
Quiero practicarlo, ¿cómo lo hago?
Hemos preparado este paso a paso para que comiences a meditar como todo un yogui:
Usa ropa cómoda
Olvídate de las prendas ajustadas, opta por unas que no te impidan moverte, quítate los zapatos u otro complemento que pueda ser molesto. La idea es que te sientas cómodo para que estés en el aquí y el ahora.
Busca un lugar tranquilo y sin ruido
Al inicio tener distracciones auditivas puede ser contraproducente, por lo que espacios como la habitación de tu casa, en un jardín, en la playa frente al mar son más recomendables que otros.
Adopta una buena postura
Si mantienes una mala posición enseguida tendrás malestar en la espalda y las piernas dormidas. Para lograrlo correctamente, debes respirar hondo, tener la espalda recta, mantener los brazos y hombros relajados.
Concéntrate en respirar
Al momento de comenzar, es vital que cierres los ojos y te centres en este proceso. Cuando ya tengas más destreza, podrás focalizarte en otro tipo de meditaciones que se concentren en los sonidos o sensaciones del cuerpo.
Acepta los pensamientos que surjan
La meditación trata de obtener bienestar psicológico, un estado que nace de la aceptación de los pensamientos y emociones sin intentar eliminarlos o modificarlos, simplemente observar sin juzgar.
Incrementa el tiempo de forma progresiva
Mientras te vayas sintiendo más cómodo con la práctica podrás ir agregando varios minutos y probar con nuevos espacios que representen un nuevo reto, olvida la zona de confort.
Busca un grupo
Es más efectivo tener “aliados” para que tu rutina sea mucho más fácil porque al desempeñarla juntos se puede estar al tanto del progreso de ambos y compartir rutinas interesantes. ¡Amplía tu red de apoyo!
Con estos pasos que te dimos antes podrás convertir la meditación en un hábito y con el tiempo ir dominando la técnica hasta convertirte en un experto ¡No desesperes! Si en las primeras sesiones no obtienes lo que quieres, recuerda tener paciencia y buena disposición.
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