Imagínate poder crear y mantener hábitos positivos y transformar tu vida en tan solo 48 horas. ¿Suena demasiado bueno para ser verdad?

¿Qué es la técnica de dos días?

Según Matt D’Abella, un reconocido experto en productividad y desarrollo personal, los hábitos se pueden lograr con la innovadora técnica de 2 días.

A diferencia de las teorías que sostienen que se necesitan 21 días para formar un hábito, esta táctica se enfoca en la concentración y el compromiso durante dos días consecutivos.

“Según estudios científicos, los patrones de comportamiento crean conexiones fuertes entre las neuronas. A medida que lo repetimos una y otra vez, estas se fortalecen, facilitando la ejecución de una actividad en el futuro.”

Hay investigaciones que respaldan la idea de que la concentración intensiva puede acelerar la formación de hábitos.

Según un estudio realizado en 2019 por el Journal of Applied Psychology, quienes se comprometieron con un enfoque intensivo durante un corto período de tiempo establecieron hábitos más rápido que aquellos que se adhirieron a la regla de los 21 días. 

¿Y cómo lo aplico? 

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1. Ten la mente clara: el primer paso es saber bien el hábito que deseas adquirir, debes ser específico y realista en tu elección. Por ejemplo: establece un objetivo como «quiero hacer 30 minutos de ejercicio cardiovascular cada mañana».
2. Compromiso absoluto: el núcleo de la técnica radica en aplicarlo dos días intensivos de enfoque, es decir, dedica la mayor parte de tu tiempo y energía al hábito en cuestión. No importa si al principio solo puedes 5 o 10 minutos al día, lo ideal es ser constante y no dejar de hacerlo. 
3. Escoge una fecha y actúa: define los 2 días en que vas a emplear los hábitos y luego toma un día de descanso. Repite este ciclo las veces que sean necesarias hasta que se convierta en parte de tu rutina. Tener un calendario te mantendrá enfocado y comprometido con el proceso.
4. Elimina las distracciones y crea un entorno propicio: apaga tu teléfono, cierra las pestañas del navegador que no son relevantes y asegúrate de tener todo lo necesario para practicar el hábito deseado de manera eficiente y constante.
5. Enfócate en las tareas pequeñas: esto te ayudará a mantenerte motivado y a sentir un progreso tangible a medida que completas cada una, así no lo verás muy abrumador o desafiante. Por ejemplo, si tu objetivo es escribir un libro, puedes dividirlo en etapas como la creación del esquema, la redacción de los capítulos y la revisión del contenido.
6. Pon recordatorios: durante los días de aplicación intensiva es ideal establecer tiempos para recordarte ejecutar la acción deseada. Por ejemplo: si tu meta es leer más libros, deja la novela abierta en tu mesita de noche o configura una alarma como recordatorio.
7. La persistencia es fundamental: para mantener un hábito a largo plazo, debes seguir practicándolo de manera consistente. Emplea la motivación inicial como impulso para continuar los días subsiguientes.

¿Por qué sumar esta técnica ente tu equipo de trabajo?

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