Yuyuniz Navas, nuestra instructora en Topclass, emerge como la última historia entre las mujeres inspiradoras que dan vida a este espacio. Su relato es un llamado para que te reconozcas, sigas creciendo y despiertes tu máximo potencia
Y es que, fortalecer tu espíritu te hace mucho más consciente de lo que haces, lo que eres, lo que puedes ofrecer y de dónde pones tu atención.
Despertar el poder de tu espíritu puede sonar como algo muy utópico, pero luego de sufrir 4 años de depresión, el descubrir y despertar este poder a través del yoga, fue un factor determinante en la vida de Yuyuniz.
Yuyuniz, el despertar de su fuerza espiritual
Yuyuniz Navas es artista, diseñadora, mamá y se desempeñó mucho tiempo como actriz. Este periodo que hoy agradece por haberle ayudado a explotar ese talento, a su vez la llevó por un camino oscuro de estrés que poco a poco fue deteriorando su salud.
«Eran muchas hora de trabajo, muchas exigencias y ahí, se me apagó la vida» indicó Navas, en la clase introductoria de su curso El Camino del Yoga.
Cayó en depresión, se sintió vacía y aunque siguió trabajando, se sentía como un cuerpo sin alma, sin vida… La fuerza de su espíritu se había apagado.
Encuentro con el yoga
Por suerte, Yuyuniz Navas, era consciente de que estaba en un estado poco sano y que en gran parte, era su fuerza de voluntad la que podría ayudarla a salir de este. Así comenzó a buscar ayuda y se encontró con el Yoga.
Para ella, al inicio fue un práctica extraña, pero pronto se dio cuenta de que el yoga le ayudaba a sacar de su vida todo aquello que no le hacía bien.
Yuyuniz comenzó, al igual que María José Prieto, con el Yoga Iyengar. En cada clase, poco a poco fue haciendo de la práctica algo suyo, algo propio, y pronto sintió como el poder de su espíritu emergía con más fuerza que nunca. Se regeneraba, renacía y el valor se fue sumando a su vida. Fue su medicina para fortalecerse e inspirarse otra vez.
Crecer y fortalecerte espiritualmente
Es evidente que crecemos a nivel físico y emocional. Pero, ¿qué ocurre con el desarrollo espiritual?, ¿le prestas atención también?
Junto con cuerpo y mente, el poder espiritual es lo completa tu ser. Debes saber que cada cosa que haces o dejas de hacer afecta directamente esta parte.
El poder desarrollar y fortalecer nuestra fuerza espiritual es una capacidad innata en el ser humano; por lo que debe entrenarse como cualquier otra área de nuestro cuerpo y mente.
Si trabajas para fortalecer tu espíritu; lograrás un estado de conciencia que te ayudará a descubrir tus cualidades positivas y creativas ¡tu pasión y muchísimo más! . Se trata de hallar la totalidad de tu ser y de poder comprender tu potencial.
Para ello es necesario trabajar en un estado de conciencia que te lleve a encontrarte contigo misma desde lo más profundo de tu alma.
Fortalecer tu espíritu a través del Yoga
La práctica de Yoga se refiere a una integración armoniosa y equilibrada de cuerpo, mente y espíritu; cuyo propósito es que tú puedas crear tu propia plataforma desde tu ser para despertar y poder alcanzar el máximo de tu potencial.
Dedicarse a esta disciplina te ayudará a construir niveles de conciencia que van mucho más allá de tus propias limitaciones físicas y que te permitirán conquistar el espíritu.
Nuestra instructora, Yuyuniz Navas, en la primera clase de su curso El camino del Yoga, explica desde su experiencia cómo esta disciplina que no impone, sino que te abre un horizonte de posibilidades; emplea distintas herramientas que al final te ayudarán a entender cómo despertar de tu espíritu.
Asanas, meditaciones, prácticas de chamanismo, una alimentación saludable, la danza y hasta un simple desayuno puede cambiar totalmente la forma en que te conectas con tus 5 sentidos para hacer que el poder y la fuerza de tu espíritu brote de ti.
Vivir inspirada, descubrir las herramientas con las que vienes al mundo, lograr la determinación necesaria para cumplir tus propósitos. Confiar en ti y aceptarte es parte de fortalecerte espiritualmente; así que si lo estás pensando, anímate y comienza si quieres, por El camino del Yoga.
